Un ensayo en EE UU demuestra que se puede regular de forma reversible la producción de espermatozoides.Empezaron buscando un antecancerígeno, y acabaron encontrando algo que lleva 50 años de búsqueda: una sustancia que inhibe la producción de espermatozoides. La molécula tiene todas las ventajas: pasa de la sangre a los testículos, su efecto desaparece cuando se deja de tomar, y la descendencia engendrada después no presenta alteraciones. Pero que nadie corra a una farmacia. El ensayo, que publica el viernes Cell, se ha hecho en ratones, lo que quiere decir que lo que se obtenga de este trabajo tardará en llegar a los humanos.
lunes, 20 de agosto de 2012
Un anticonceptivo masculino funciona en ratones
Un ensayo en EE UU demuestra que se puede regular de forma reversible la producción de espermatozoides.Empezaron buscando un antecancerígeno, y acabaron encontrando algo que lleva 50 años de búsqueda: una sustancia que inhibe la producción de espermatozoides. La molécula tiene todas las ventajas: pasa de la sangre a los testículos, su efecto desaparece cuando se deja de tomar, y la descendencia engendrada después no presenta alteraciones. Pero que nadie corra a una farmacia. El ensayo, que publica el viernes Cell, se ha hecho en ratones, lo que quiere decir que lo que se obtenga de este trabajo tardará en llegar a los humanos.
Un ensayo en EE UU demuestra que se puede regular de forma reversible la producción de espermatozoides.Empezaron buscando un antecancerígeno, y acabaron encontrando algo que lleva 50 años de búsqueda: una sustancia que inhibe la producción de espermatozoides. La molécula tiene todas las ventajas: pasa de la sangre a los testículos, su efecto desaparece cuando se deja de tomar, y la descendencia engendrada después no presenta alteraciones. Pero que nadie corra a una farmacia. El ensayo, que publica el viernes Cell, se ha hecho en ratones, lo que quiere decir que lo que se obtenga de este trabajo tardará en llegar a los humanos.
La idea de conseguir una píldora anticonceptiva masculina es tan vieja –o más- que la femenina. Pero hasta ahora la mayoría de los ensayos iban por la misma vía: la regulación hormonal. Y no habían funcionado. Este nuevo producto tiene un origen y estructura completamente diferente, según explican los investigadores del Dana-Farber Cancer Institute de EE UU. Ellos han liderado el ensayo, pero no estaban solos. También han participado la Universidad de Oxford (Reino Unido), laTexas A&M University, el Baylor College de Medicina y el Hospital Infantil de Boston.
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